martes, 23 de agosto de 2011

Monte Aa

Vamos a dar un paseo por Ruente,hoy toca una escapadita con Vero,vuelvo a Monte Aa para enseñarle un par de los arboles centenarios que hay por este bosque,haber si poco a poco se anima y viene mas a menudo.

Nos acercamos a Ruente,y al final del pueblo nos desviamos por el camino de la derecha,para dejar el coche poco después en un apartado.

Echamos a andar y después de dejar las ultimas fincas atrás,llegamos al cartel que indica el inicio de Monte Aa,a partir de aquí,avanzamos por una pista al abrigo del arbolao.

Hace muy buena mañana y de gusto caminar a la sombra,pero poco mas que contar de la ruta pues lo mas significativo de esta ruta son los arboles que se puedan admirar en ella.


Vero en el primer árbol singular







Después de cerca de dos horas,llegamos al primer desvío hacia unos de los arboles y dejando la pista nos internamos en el bosque.Es una pasada caminar entre toda esta cantidad de arboles,que hace que mires a donde mires sea un placer.


 
Al poco de dejar la pista,damos con un árbol,que si no es de los mas significativos,si que tiene una forma un tanto especial,por lo que merece la pena hacer un pequeño alto y echarle un vistazo.




Se podía hasta subir por la quima

Dejando atrás este árbol,un tanto especial,seguimos avanzando por el pequeño pero bien señalizado sendero,hasta el siguiente de los arboles.Llegamos al rincón en el que se encuentra, se me hace que a cambiado desde que vine con Tino a principios de año,no sabia que era lo que no me cuadraba,después de un rato,me di cuenta que era una gran quima de uno de los arboles de alrededor había caído recientemente.

Vero y yo en El Belén




Nos encontramos ante un roble centenario,conocido como El Belén,en clara alusión a la posibilidad de hacer uno en su interior,ya que le devio de caer un rayo y le dejo totalmente hueco.




Decidimos comer el bocadillo aquí,el lugar lo merece y parece que la quima esta posada en el suelo con el propósito de descansar en ella.






Avanzando por el sendero
Después de reponer fuerzas y sacarnos unas fotucas,nos pusimos de nuevo en marcha con la intención de una vez regresamos a la pista,continuar por ella hasta los otros robles,pero como no estaba muy seguro de la distancia a la que estábamos;cuando vine con Tino nos equivocamos y salimos al quinto pino;nos decidimos por regresar hacia Ruente y buscar algún rincón que mereciese la pena,para relajarnos otro rato en el.


Vero refrescando los pies



Ya casi abajo de todo,en un recodo de la pista y cerca de uno de los afluentes del río Saja,dejamos la pista y nos sentamos un ratin,junto al río,en un bonito rincón,de los que solo se encuentran en bosques como los de la Reserva del Saja.
             






Mientras estábamos junto al río,se nos acercaron unas libélulas enormes,igual median 7cm. y de color azul muy vivo,que fueron cogiendo confianzas,hasta el punto de llegar a posarse en mi brazo,así que al menos las pude echar alguna que otra foto.

La verdad es que eran muy guapas


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